Y este calor me hace sudar, que terrible pesadilla. El miedo me invade pues mi cuerpo se derrite deprisa frente a mí. Como pueden mis manos juntan los pedazos e intentan reacomodarlos sin éxito no me es posible recordar quien o como fui hace un segundo. Mis labios sangran al gritar. Mis huesos se rompen. Me arrastro hacia el espejo y veo la misma muerte enterrándome vivo. Arrojo brutalmente los pedazos que me sobran fuera de la tumba, pero unas garras me arrastran de nuevo. Veo abajo y el barranco es mi única salida, cierro los ojos y me dejo caer.
Mi cuerpo se parte una vez más y el dolor no cesa. Mis extremidades comienzan a aferrarse a los árboles pero mi mente se niega me sacudo con fuerza y mi cerebro cae en la tierra. Pronto una sombra lo intimida es una piedra que azota con fuerza machacándolo y liberando mi alma. Allá abajo puedo ver como mi cuerpo se pudre en el pantano.
Ya no tengo frío, pero no se donde estoy, un gran pasillo blanco, a lo lejos un gran agujero negro, lentamente y sin darle la espalda me alejo de él para ver mi reflejo rodeado de sombras, todas señalan detrás de mí, no quiero voltear, porque se que en cuanto lo haga ni yo podría decir que todo por fin termin...
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