"Donde el espíritu intangible busca plasmar lo que palabras sin sentido intentan decir."


sábado, 21 de febrero de 2015

El Púlpo, la gaviota y el pelícano.

No, no volvere al oceano. - Se decía un púlpo mientras se arrastraba por una carretera rumbo a la ciudad.

No es más que un enorme recipiente, ¿quién necesita agua? agua hay en todas partes, en cada lluvia, en la brisa, en un riachuelo, ni quien necesite el oceano. Cierto es que tal vez no sea agua para mí, pero haré el esfuerzo, se que puedo, además, yo no pertenezco a ese lugar tan azul, no, yo no, yo soy algo más, aquí bajo el sol tengo todo lo que necesito, tan solo el aire y el-

¿Qué decias viejo amigo? - Lo interrumpe una gaviota. - ¿Que no necesitas el oceano? yo opino todo lo contrario.

Claro que no, nadie necesita ese lugar tan pútrido, llego de peligro y contaminación.

Pero-

Pero nada, si no me vas a ayudar a llegar a la ciudad, dejame en paz.

Pero-

¡Calla! (Hm- no se porqué me siento tan cansado ultimamente, siento que pierdo mis energías)

Insisto amigo, deberías volver al gran azul.

¿Por qué? Bueno, creo que debería contarte algo que pasó. Yo tenía un amigo, que nació en el oceano pero fue extraido de él, fue victima de crueles experimentos y cuando no dió para más. Fue abandonado en una laguna. El quería volver a su hogar a pasar el tiempo que le quedaba de vida. y fue cuando me lo encontré en esta misma carretera. Lo acompañe por un tiempo, la lluvia y la brisa lo mantenian con vida hasta que un día, había llegado a un punto donde se veía el oceano, se sentía tan feliz y anonadado por él que no pudo evitar que un carró lo arrollara y estropeara su razón.

Lo vez, el oceano es malvado, por eso debo ir a la ciudad.

Después de eso, solo se arrastró como pudo, rumbo a la ciudad con sus viceras saliendo de su interior.

¿Y qué le pasó?

Aún no lo se, todavía sigo visitandolo una vez al día a ver si puedo ayudarlo a recuperar la cordura.

Entonces ¿qué demonios se supone debo aprender de esa historia? Ahora ¡quitate de mi camino! - dijo el púlpo mientras dejaba atras lentamento a la gaviota.

Ay amigo, si tan solo pusiéras atención te darías cuenta que se trata de tí.- dice la gaviota mientras ve al púlpo, alejarse lentamente.- te traere algo de comer no te preocupes.

Pasó algo de tiempo y la gaviota sobrevolaba la zona buscando a su amigo, finalmente lo encontró a orillas de la carretera.

¿Amigo estás bien? te traje algo de comida.

Amiga, p-porfavor, ayudame.

Si, claro que sí, lo que quieras.

P-por favor, a-ayu-d-dame a volver al río negro.

¿Qué?

Por f-fav-vor, de-b-de-deb-o v-olver, t-t-t-tengo q-que llegar a la c-ciu-d-d

Tiempo después.

¿Ya viste a ese púlpo moribundo? - le preguntaba un pelícano a la gaviota.- lleva días en el mismo punto, cada vez que algo lo saca de la carretera, vuelve, pero realmente nunca va más alla.

Lo se, yo cada día voy a intentar convencerlo de ir al oceano para que pueda descanzar al fin, pero sigue aferrado.

Esta demente, alguién debería apiadarse de él y terminar con su sufrimiento, es cruel solo verlo intentar realizar algo imposible.

No te preocupes, yo lo haré... (después de todo yo soy quién le ayuda a volver a la carretera)

La gaviota vuela con su amigo.

-tan azul, no, yo no, yo soy algo más, aquí bajo el sol tengo todo lo que necesito, tan solo el aire y el-

¿Q-qué decias v-viejo ami-go? - Lo interrumpe una gaviota, triste, sabe lo que se aproxima - ¿Que no necesitas el oceano? y-yo opino t-to-do lo contrario.

Claro que no, nadie necesita ese lugar tan pútrido, llego de peligro y contaminación.

Por favor amigo, volvamos al oceano, yo te ayudaré y verás como no es lo que piensas.

¡Silencio! ¡Si no me vas a ayudar a llegar a la ciudad, dejame en paz!- le dijo el púlpo molesto.

La gaviota veía con tristeza como su amigo se alejaba lentamente una vez más.

¡Amigo! ¡Espera! - gritó la gaviota.

¿Ahora qué quieres? - voltea el púlpo.

Lo siento amigo.

Los ojos del púlpo se abren para ver como su amiga gaviota y él mismo salen volando al ser atropellados por un auto.

L-lo siento amig.. - dice la gaviota antes de morir a un lado del púlpo.

El pulpo usa su cuerpo para poder levantarse y volver a la carretera.

T-te dij-je q-q-que si no me ibas a-a a-a-yud-ar, me dej-j-jaras en p-p-paz.

A veces no vale la pena ayudar a quien ha perdido el camino, hay que saber distinguir cuando podemos intervenir y cuando no debemos, si alguien se cierra al mundo y no está dispuesto ni siquiera a escuchar, tal vez, perdamos el tiempo. 

La vida es dura, todos debemos de tomar desiciones que no siempre van acorde a lo que piensen los demás. Yo no quise intervenir con el púlpo, sin embargo pude haber intervenido con la gaviota, ahora ya no se encuentra entre nosotros, y ese desgraciado sigue pudriendose.

Sin embargo no tengo derecho a enojarme con él, pues se encuentra perdido, no fue por su culpa que la gaviota muriera, pero hay algo que si puedo decirles a todos ustedes, si valoran su vida y la de él, por favor, dejen de llevarle comida. Creo que todos somos culpables al mantenerlo alimentado, no le deseo más sufrimiento y por lo mismo quisiera que algo le arrebatara la vida en un segundo para que dejase de sufrir.

Cierto es que tal vez no sea agua para mí, pero haré el esfuerzo, se que puedo, además, yo no pertenezco a ese lugar tan azul, no, yo no, yo soy algo más, aquí bajo el sol tengo todo lo que necesito, tan solo el aire.. el aire, el sol y yo, desvaneciendonos en este río de piedra. ¿Podré algún día ver la ciudad y morir en paz? No lo se...

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