Pensar en ello no representa la ocación, no hacerlo es lo mejor, haberlo creído fue el sentimiento más asombroso pero el descubrir la verdad, ha sido la peor caida, y este golpe ha dejado cicatriz, marcado de por vida para no tener el derecho a olvidar como es todo en verdad.
Es en estos momentos que no se puede distinguir, que no importa a donde vaya el camino estará cubierto por vidrios y la neblina no dejará ver. Y a estas alturas es muy fácil volver a caer pues ya no es posible si quiera ver lo que pisan los pie, nadie lo entiende, nadie lo hará, y hay que admitir que aunque no lo diga en verdad afecta.
Caminar sin luz, sin rumbo ni destino, sin motivo, no es lo que esperaba esta vez.
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